Yobana Carrasco Ramírez, profesora de Educación Inicial, con 16 años de experiencia en diferentes proyectos de Educación, comparte experiencias como Asesora del Concurso Jugando Aprendo. Yobana viene trabajando en 31 colegios en el distrito de Carabayllo, de los cuales 24 ya se encuentran con avances importantes en la elaboración de sus propios proyectos.
¿En el marco del Proyecto Jugando Aprendo cómo es la relación con las maestras? ¿Cómo es el intercambio de experiencias con ellas?
La respuesta es positiva en todos los colegios, pues están participando en la formulación de sus proyectos de innovación pedagógica; y esto está haciendo que no solamente se involucren las personas que se han capacitado inicialmente, sino que se involucre a toda la institución educativa. Y de alguna manera se está generando cambios, porque no todas las relaciones interpersonales en los colegios son buenas, y esto está coadyuvando a que se solucionen de manera efectiva.
Mi primera impresión en el trabajo fue que, supuestamente yo conocía Comas, en este caso Carabayllo, pero me he dado cuenta por la extensión y la zona donde estoy interviniendo, que Carabayllo es mucho más grande de lo que me había imaginado. Por ejemplo mi primer impacto fue ir a un colegio, a Huatocay, que está en la parte final de Carabayllo, donde la profesora para llegar a su colegio tiene que tomar un carro en el paradero El Pollo en la Av. Túpac Amaru kilómetro 19, luego un colectivo hasta cierto lugar y caminar 10 minutos, y finalmente cruzar un río. Primero a pie, pues no hay otra forma, tomamos un bastón para ayudarnos, luego viene la parte seca y después un puente que son dos palos y un cordel. La profesora me comentó, en este caso la maestra Betty, que si el río sube de caudal ella no puede ir al colegio. Para mí fue impresionante que en Lima Metropolitana haya una realidad que se vive en las zonas rurales. Al llegar los niños nos estaban esperando, cariñosos, y jugamos con ellos, cantamos. La recompensa que tiene la profesora es ese trabajo con los niños. Allí se está desarrollando un proyecto, pese a que la profesora es unidocente y tiene 22 niños.
¿Encontró alguna respuesta distinta? ¿Cuál fue la expectativa de las maestras, tal vez algo de temor o mucho entusiasmo?
En la mayoría de los casos confianza y apertura, pero en algunos casos cierta desconfianza y resistencia al cambio, pero gradualmente se está superando eso porque las profesoras se están dando cuenta que la formulación de sus proyectos, en este caso no está aislado de las actividades que vamos a realizar, al contrario son integradoras para que podamos solucionar el problema que estamos abordando. Podemos decir que las profesoras ya están tomando conciencia de que trabajar con proyectos de innovación pedagógica es avanzar el camino para lograr que los niños sean más competentes y desarrollen mayores capacidades en temas que ya estamos trabajando.
Al principio hubo cierta resistencia en algunos colegios, en dos o tres, pero ya se han integrado. Incluso en el colegio donde hubo resistencia al cambio, con la profesora y directora que participaron hubo un conversatorio donde se hizo dos micro talleres. En este colegio, específicamente, hemos cambiado la propuesta de proyecto, y ellas han accedido. Ahora hay mejores relaciones, no solo entre ellas y yo, sino entre ellas mismas; siento que el proyecto está fortaleciendo otras capacidades interpersonales dentro de la institución educativa.
Cuéntenos algunas de las ideas de las maestras, sus sueños, ¿cómo piensan presentar sus proyectos? ¿Hay alguno que le haya llamado la atención?
En Carabayllo estamos formulando 25 proyectos, ya bien avanzados. De ellos 11 van a ser los ganadores, porque esto es un proyecto concursable, y ellas saben eso. Pero al margen de eso ellas dicen que si su proyecto no gana en esta oportunidad, ellas igual van a seguir adelante; incluso de ser el caso se les ha sugerido que lo presenten a otras convocatorias.
De estos proyectos hay alguno que le haya llamado la atención y que nos pueda contar
Si, varios, por ejemplo el proyecto del colegio 8190 Sol Naciente. Ellos van a incorporar capacidades matemáticas a través de las TIC. Por ejemplo si ellos van a trabajar la noción de número con los niños en el día, entre ese día y el siguiente van a ir a la computadora a transferir todo lo que han aprendido en la práctica. Eso sí me ha llamado la atención porque ese proyecto se desarrolló hace cinco años para adultos, y se llamaba el Aula Mentor; y en este caso se va llamar el small kids Word. Esto es interesante porque con los niños podemos desarrollar capacidades, no solamente de manera participativa y de manera activa, sino que ahora también en contacto con las TIC.
Otro proyecto que me llamó la atención fue el del colegio Progreso 1, ellos van a adaptar la metodología del autor Glem Domma, usando los bits de inteligencia en el primer y segundo ciclo del colegio, que es de uno hasta los cinco años. Incluso, las profesoras para este último proyecto, han tenido que ir la Biblioteca Nacional a buscar información pertinente y relevante para este proyecto; los libros de Glem Domma. Todas están en el proceso de leer, mejorar y aplicar lo más contextualizado al tema de los niños.