Las instituciones educativas y los docentes siempre han buscado transformar la enseñanza y adaptarla según las necesidades de los estudiantes. Con la llegada de la pandemia, y posterior inicio de clases a distancia, la maestra Zenaida Dativa Tinoco Villón decidió crear una iniciativa que permita a sus estudiantes del 5° de primaria de la I.E. 86276 Antonio Loli Laredo de la UGEL Carhuaz, en Áncash, gestionar sus aprendizajes de manera autónoma.
Es así que creó Damos vuelta a la clase para aprender mejor, una iniciativa pedagógica que se desarrolla con la estrategia del aula invertida, que consiste en unir lo virtual con la realidad correlacionando las actividades que hacen que la tecnología nos acerqué a realizar actividades académicas rápidas claras y agradables.
Esta iniciativa ha sido inscrita en el Registro de Iniciativas Pedagógicas del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación Peruana (FONDEP). Según explica la maestra, surge a raíz de un diagnóstico de la comunidad educativa, encontrando dificultades en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Es así, que decide brindar un servicio pedagógico a distancia con un soporte emocional a los alumnos y sus familias.
“El diagnóstico socioeducativo antes de la emergencia social era desalentador. Escasa autonomía de los estudiantes en el aprendizaje, escaso material de apoyo y dificultades en la comprensión lectora. A ello, se sumaba la crisis económica familiar, una preocupación para los padres de familia pues necesitaban celulares prepagos con tarifas limitadas”, contó.
Para dar respuesta a las problemáticas identificadas, la maestra Zenaida decidió trabajar con la estrategia o enfoque del aula invertida que tiene las siguientes características: identificar las necesidades de aprendizajes; preparar los materiales en base a las sesiones del Aprendo en casa que se entregaban con un día de anticipación.
Luego, los estudiantes inician con la visualización de la lectura y materiales en casa que son acompañadas de audios y cuestionarios para hacer aclaraciones y conocer sus dudas. También se realizaba el diseño de las sesiones de clase y se evaluaba las evidencias o producciones de los estudiantes. Finalmente, se brindaba un refuerzo de conceptos mediante actividades individuales o grupales, a través de reuniones y debates, propiciando el desarrollo del pensamiento crítico y creativo.
“Con la aplicación de esta estrategia se observó mayor compromiso, responsabilidad y protagonismo de los escolares y sus familias. Mejor organización y aprovechamiento del tiempo, el incremento de la autonomía de los estudiantes para realizar las diversas actividades escolares, desenvolvimiento al participar en reuniones de retroalimentación y debates, avances en los cuadernos de trabajo, y nivelación escolar según los logros en el aprendizaje”, manifestó.
Puedes acceder a la ficha de la iniciativa aquí.