Augusto Alvarez Rodrich
Comunicador
Entre campeonatos absurdos que se cancelan y reanudan, presos peligrosos que se fugan y recapturan, y ministros insulsos que se ponen en la cuerda floja y luego los salvan, en el Perú también ocurren hechos que sí son trascendentes y a los que debiéramos prestarles más atención.
Uno es la preocupación creciente por la pobreza y especialmente por sus consecuencias dramáticas sobre uno de los sectores más vulnerables como el alrededor de medio millón de niños peruanos menores de cinco años que están desnutridos.
El Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, coordinado por el padre Gastón Garatea, presentó el estudio ‘Desnutrición crónica infantil cero en el 2016, una meta alcanzable’, el cual desnuda la cruda realidad en la que se encuentran nuestros niños y plantea la posibilidad de que, dentro de cinco años, se haya erradicado este mal.
El estudio se sustenta en el Infobarómetro de la Primera Infancia (www.inversionenlainfancia.net/infobarómetro), el cual identifica la trayectoria y situación actual de la desnutrición crónica infantil en el ámbito nacional y de manera desagregada llegando hasta los niveles regional, provincial e, incluso, los más de 1,800 distritos del país.
El hallazgo principal es que en el Perú hay entre 450 mil y 570 mil niños menores de cinco años desnutridos, según el parámetro usado, lo cual significa entre 15.2% del total (NCHS) y 19.5% (OMS). En cualquier caso, esto es un escándalo.
Las peores regiones son Huancavelica (54.6%), Cajamarca, (40.5%), Ayacucho, (38.8%), Apurímac (38.6%) y Huánuco (37.4%), mientras que las mejores son Tacna (3%), Moquegua (5.7%), Lima (8.9%) e Ica (10.3%).
La provincia con más niños menores de cinco años con desnutrición es Lima Metropolitana: 50,333 (5.8% del total), con San Juan de Lurigancho como el distrito más afectado (7.4%).
El distrito del país con mayor nivel de desnutrición crónica infantil es Omacha, provincia de Paruro, región Cusco, donde más del 80% de los niños menores de cinco años sufren desnutrición.
Un niño en situación de desnutrición crónica está condenado al fracaso: vivirá enfermo, nunca podrá leer bien ni razonar de un modo básico. Será una carga para la sociedad.
Por ello, combatir a la desnutrición crónica infantil constituye un factor fundamental para la lucha global contra la pobreza.
La buena noticia dentro de este drama es que, según destaca el grupo liderado por el padre Gastón Garatea, la desnutrición crónica infantil sí se puede erradicar en el año 2016, lo cual debe ser uno de los indicadores clave para evaluar al gobierno del presidente Ollanta Humala.
Fuente La República 23/2/12
http://www.larepublica.pe/columnistas/claro-y-directo/medio-millon-de-ninos-hambrientos-23-02-2012
