Padre Ricardo Morales
Presidente del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación Peruana -FONDEP, miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia
La Convención sobre los Derechos del Niño contiene valores y principios que hay que inculcar en todos, y eso se hace, sobre todo, a través de la educación. En esta Convención hay un acuerdo para dar enseñanza en derechos humanos. Los maestros deben inculcar a sus alumnos, desde la infancia hasta la adolescencia, el conocimiento y la conciencia sobre los derechos del niño. Pero encontramos que el maestro no está en condiciones de enseñar esto. Hay que inculcar en los niños el tema de sus derechos, pero no se sabe cómo.
Hay que plantear para el currículum de la Educación Básica una dimensión del trabajo educativo, que consiste en promover la conciencia de los niños, niñas y adolescentes sobre sus derechos, para que ellos puedan reclamarlos y sean respetados como personas. Este es un asunto de la enseñanza, de metodología, y eso hay que irlo puliendo de la mejor manera. Incluso hay que hacer textos para enseñarles a los niños, niñas y adolescentes sus derechos. Me parece muy importante que se elaboren textos indicando no solamente el contenido de estos derechos, sino también formas de presentar este tema.
Una de las formas más importantes, más eficaces, en la enseñanza de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, son las discusiones entre ellos mismos. Yo tengo experiencia de eso en un colegio en el que he enseñado muchos años, donde las discusiones más interesantes se hacían cuando se planteaba una cuestión vital que se desconocía, como, por ejemplo, la violencia sexual y el derecho del niño. Esas discusiones públicas pueden dar mucha luz y hacer que los estudiantes expongan sus inquietudes, sus temores.
Es muy importante que el Perú se sienta solidario con la Declaración sobre los Derechos del Niño, pero, desgraciadamente, el Perú ha firmado muchas convenciones internacionales sobre educación y no notamos el impacto de esto en la vida diaria. La gente quiere que estos compromisos internacionales a favor de la educación se conviertan en una realidad cotidiana. Es ahí donde el Ministerio de Educación, en general la estructura educativa del país, debe tener una gran insistencia para que todos estos convenios se conviertan en realidad, apuntando a la integralidad del servicio de derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Esto no solamente significa enseñarles sus derechos, sino, sobre todo, apoyar a los niños, niñas y adolescentes, y a la primera infancia de una manera particular, para que puedan crecer saludables, para que puedan alimentarse, para que puedan tener una niñez y adolescencia valiosa.
Eso significa un conjunto de actitudes frente a la salud, el cuidado y protección de los niñas, niñas y adolescentes, que debemos ver como una gran prioridad en el país.
Por otra parte, está la situación del Perú, que es un país que crece económicamente, crecimiento que es admirado por otros países, pero junto con ese crecimiento desgraciadamente hay una desigualdad y un nivel de pobreza altos para lo que debe ser el Perú, que está en una situación de bonanza económica. Hay un desarrollo desigual en el país.
Frente a esa situación, es fundamente la preocupación por los niños, especialmente por la primera infancia, para que ellos puedan crecer conscientes de su situación como personas, con derechos y obligaciones. Eso significa tener muy claro la necesidad de erradicar la desigualdad y la pobreza en el país.
Esta es una meta que el Perú debe conseguir en el corto tiempo, no en un largo tiempo. Hace largo tiempo venimos predicando que se debe erradicar la desigualdad y la pobreza, pero lamentablemente los gobiernos van pasando y la situación sigue igual.
Fuente Grupo Impulsor por la Infancia http://www.inversionenlainfancia.net/web/blog/opinion/166/102